Renovación del equipo

Después de dos años «acomodado» con mi 50D, y el todoterreno Canon 18-200 f3.5-5.6 IS, me he decidido a hacer una importante inversión, y renovar todo mi equipo. No he cambiado de marca porque si que aprovecharé la 50D para dejarla como segundo cuerpo, y el flash, un Canon 580 EX II. Por supuesto, no desecho el 18-200, ya que me ha dado muy buenos resultados, aunque debo decir que tiene algunos problemas, como cierto viñeteo en distancias cortas, y aberraciones cromáticas en las esquinas en casi todas las distancias focales.Pero este post es para hablaros del nuevo equipo, y enseñaros las primeras pruebas, así que… Aquí están mis nuevos juguetes

Como podéis ver, el nuevo cuerpo es una Canon EOS 7D. Mejora mucho el enfoque respecto a la 50D, por no hablar de los niveles de ruido, de los que luego os dejaré una muestra. También he notado que es mucho más rápida, y supongo que cuando logre acostumbrarme a ella, me dará más posibilidades. En cuanto a los objetivos, son el 70-200 f4L IS, una autentica maravilla de teleobjetivo. Muchos me habéis dicho ya que el 2.8 es mejor, y es algo obvio. Pero para mi trabajo el estabilizador es indispensable, y creo que casi para cualquier tele, al menos por mi experiencia previa. Eso significaba desembolsar casi 1.000 € más por el objetivo, un precio que no podía pagar.

El otro objetivo es más polémico. Se trata del 24-105 f4L IS, un hibrido entre angular, y tele corto. Estaba casi decidido por el 24-70 f2.8. A esas distancias focales, el estabilizador no es tan indispensable, y ese punto extra de luminosidad siempre es importante. Pero como ya sabéis, trabajo en rallies, y antes de comprar todo el equipo, me puse a revisar fotos, y distancias focales. Normalmente, disparo a los coches desde el momento en que llegan a la zona donde estamos, hasta que se van. Suelo lograr tomas frontales, laterales y traseras en cada pasada, y eso significa necesitar cierto juego en las focales. Vi que, a pesar de contar con un 18-200, las focales que utilizaba habitualmente iban de los 100mm a los 50mm en muchas situaciones. Y si estoy más lejos, es raro que baje de 70mm. Por esto, en el último momento decidí cambiar el 24-70 por el 24-105. Significaba además un ahorro importante, puesto que el 24-105 se vende como kit con la 7D, con la bajada de precio que eso supone.

Acompañando a todo el equipo, han venido también los obligatorios filtros. He optado por los Hoya Pro 1 para los UV, que ya me habían dado muy buenos resultados en el Canon 18-200, y por unos polarizadores Kenko Zeta. Hasta ahora había tenido el polarizador “básico” de Kenko, y estos Zeta son mucho más finos, evitando cualquier viñeteo en gran angular. Esto para mi era especialmente importante, porque también tengo un gran angular Tamron 10-24, que casualmente tiene el mismo diámetro de filtro que el 24-105 de Canon.

Pero vamos a dejarnos de tanta palabrería, y vamos a ver imágenes. Esta es la primera imagen que tome con la cámara, y el 24-105 de Canon, algo que, como puse en mi twitter, siempre es un momento especial.

Obviamente, una de las cosas más importantes en estos objetivos, es el bokeh que se consigue. Aquí os dejo una prueba con el 70-200, utilizando el polarizador, ya que había mucha luz.

La foto anterior no está completamente bien enfocada, y es que el 70-200 a f4 se vuelve muy critico, aunque cuando conseguimos enfocar bien el motivo, los resultados son excelentes

Aquí otra pequeña muestra con el 24-105, también con el polarizador, y, como podéis ver, sin ningún tipo de viñeteo.

Y ya, para terminar, os dejo un recorte al 100% de una foto tomada a 3200 ISO para probar el ruido que genera la cámara. Existe, obviamente, pero con unos mínimos ajustes en Camera RAW, este desaparece por completo. Esta foto está sin retocar para que veáis los resultados que logra la cámara directamente.

En definitiva, solo os puedo decir que tras dos días con el nuevo equipo, estoy encantado con la compra, y espero poder conseguir muy buenos resultados, aunque siempre he dicho que la cámara no hace al fotógrafo. Mañana acudiré a la Subida a Paracuellos para probar el equipo en las condiciones en las que suelo utilizarlo, es decir, en carreras.